31 marzo 2006

Primavera cursi

Ayer el sol nos regaló un poco de lluvia. Era calmada, porque el sol dulcifica.
Ayer el sol nos devolvió la primavera. Era increíble respirarla.
Ayer el sol quiso brillar como un rey mago. Y regaló cálidas luces y alguna gota.
Hoy me saluda y me huele. Olfatea en mi pelo: pan y cebolla.
Hoy me sonríe y me inspira.
Hoy....creo que me esoy volviendo de un cursi inaguantable. Es sólo la primavera, luego se me pasa (espero).
Un abrazo moldeable a todos los que me aguantáis las cursiladas.

28 marzo 2006

Lola

Lola vino con nosotras a Almería.
En cuanto nos instalamos en el apartamento, aprovechó el momento en el que I y yo fuimos al peque-mercado a comprar y corrió hacia el mar. Era fácil. El apartamento tenía una salida a la calle y otra directa al mar, sin arena que obligara a suavizar el paso. Sólo un estrecho camino, unas cuantas piedras y el agua salada. Mantuvo el equilibrio entre dos piedras mientras se quitaba el abrigo. Sacó la llave de uno de los bolsillos. Posó el abrigo en el suelo. Inspiró. Buscó con la mirada otra piedra para apoyar su pierna derecha y coger impulso. Adoptó la postura y la actitud de un indio que tiene sólo una oportunidad para tirar a matar con su lanza, la pieza de carne que le dará de comer a toda una tribu. Lola no quería cazar, quería liberarse. Tiró la llave, conteniendo la respiración mientras aún permanecía en su mano. Siguió el vuelo de su pequeña y pesada carga hasta que el mar lo abrazó guiñando un ojo a Lola, una especie de: -yo me encargo!- en lenguaje de mar, que para ella era sinónimo de lenguaje materno.
En cuanto regresamos al apartamento, sentí que Lola no estaba. Vacié las bolsas y la maleta. Lola debió viajar en ella, ya no pesaba.

Balcón.


Esta semana trabajo por la mañana. Me encanta caminar por el Izaba tempranero. Aunque sólo sea hasta el coche y siempre el mismo recorrido. Aquí cada mañana sopla un viento distinto. Hoy ha sido sur. He disfrutado la tormenta primaveral desde el balcón.
El balcón, que ya pasa a ser terraza, por lo menos hasta el otoño, cuando el ruido agorero de hojas secas que presienten el invierno, lo convierten de nuevo, en basurero de flores muertas por las heladas y pinzas viudas, sin ropa que colgar.

27 marzo 2006

Imagen


Es mi fondo de escritorio, del ordenador y de mi mente en ocasiones. Es de Noviembre, Almería, donde quedó Lola. Algún día volveré a buscarle, aunque vuelva de vez en cuando por aquí, volveré.

25 marzo 2006

Agenda y Robles














Tenía la agenda repleta de tareas inacabadas y dos opciones, quedarme a terminarlas o irme. Pero en la agenda también ponía Prioro como tarea sin realizar, así que me fui.
No tengo un bmw pero me gusta conducir. Aprovecho los viajes para desgañitarme antes de que prohíban también cantar en el coche. Y pasito a pasito llegué a un pueblo cada vez más extraño a mis ojos, quizás porque cada vez son más cortas y distantes mis visitas.
Hay pequeños grandes paraísos en este lugar tan contradictorio, como éste de la foto, Mental. Y Robles, muchos Robles.
Me fuí con la lluvia, y alguna imagen de robles, ovejas y mastines.
Me fuí creando en mi mente un mp3 de la visita, no ocupa mucho espacio, fueron poco más de dos días. La visita justa, no da a lugar a arrepentirse de nada.
Podría plantar un Roble en mi balcón?



15 marzo 2006

Huecos en la escalera


Esas escaleras que sólo constan de peldaños y huecos. Bajas teniendo cuidado, no te da miedo el escalón, sino el hueco entre los peldaños. El agujero toma protagonismo sin ser nada, por ser nada.
Qué importantes son los huecos para no ser más que eso...huecos.
Consiste en esto la vida, no? Recorrer nuestro camino rellenando huecos y olvidando vacíos.

12 marzo 2006

No hagas caso, son rumores

Rumores, del latín rumor, que significa ruido confuso de voces.
Tienden a ser de contenido negativo. Lo negativo tiene más peso social, porque tiene mayor impacto que lo positivo. Los rumores tienen varias funciones. La función del rumor social en lugares como Izaba o Prioro, es la distracción: se transmite una información novedosa (verídica o falsa) que rompe la rutina y produce un efecto dramático. Lo triste: hay quien siente placer al conocer a distancia el sufrimiento de alguien.
Los rumores pueden desvanecerse, o crecer y convertirse en grandes bulos. Lo habitual, si el rumor crece, es que todo el entorno escuche el rumor excepto el protagonista del cuento. Si ya es un bulo, las versiones cambian, dependiendo del gusto del narrador ocasional. Como nada se puede demostrar, se justifica el narrador encabezando el relato con un: “me han dicho”, “he oído”...
Hay rumores realmente absurdos: “ He visto a Lola llorando", (mentira, quizás el viento, una mota de polvo o pelar una cebolla ha abrillantado a Lola los ojos). Alguien añade: "Seguro que Pepe y Lola han discutido, porque ayer vi a Pepe salir de casa muy serio. Creo que se están separando”. A partir de aquí, se añaden frases y comentarios, se reinventa lo inventado con un adjetivo aquí y un sutil pero determinante sustantivo allá y en breve es un gran bulo. Es un ejemplo de la absurdez, imaginación, y ganas de hablar de alguien que ni siquiera sabe el primer apellido de Lola ni de Pepe. La cuestión es que, en media hora, Lola y Pepe han roto su relación tras una enorme bronca que los vecinos aseguran que escucharon antes de ver a Pepe salir de casa de muy mala leche y a Lola ir a trabajar llorando.
Lo importante de los rumores, es no dejarse influenciar por ellos. Que no creen prejuicios si el rumor que se escucha es de terceras personas, y que no influencien si el rumor es sobre uno mismo. Creo que no es casual que escriba este post después de escribir el de Vicky. Tras varios meses de espera, en breve vuelvo a Prioro, uh! qué miedo.

10 marzo 2006

Vicky


Te fuiste sin hablarme.
Aprovecho mi ventaja:
Estás tumbada y muerta.

Estoy de pie asombrada.

Te miro y no te hablo.
Me enfado y te respiro.
Qué puedo decirte?

Eras sombra tenue, en mi cabeza.
Cólera pasada, antes de irte.
Espera contenida.
Pero te fuiste.

Con tu muerte volvió mi cólera.
Con tus cenizas, la espera.
Con el humo, las sombras.

Me quedan tus raíces y tu sangre.
Tu sonrisa, tus maneras y tu hijo.
Me quedan las tristezas bien marcadas,
porque no estabas ya, antes de irte.
El caso es que te fuiste.

No queda nada de ti.
Tu sangre. Tus raíces. Dónde están?
No quiero tus recuerdos. No son buenos.
No eres tu hijo. Él no es tú.
No quiero evocarte.
Quiero que estés.
Pero te fuiste.




Sin Cielo


No hay cielo.
Izaba es un perfil de blancos tejados.

Nada más.
No hay cielo.
Se cansó de estar y no ser visto.
Le dolió lucirse y no recibir miradas.
Así que se fue.
Cubre el hueco del cielo una nube.
Restablece la armonía.
Qué será de la tierra sin un techo?
Esta noche nos quedamos sin estrellas.
El cielo también quiere un paraíso.
La tierra negocia un firmamento.
Los cuerpos celestes se reúnen.
No hay cielo.
Esta noche nos quedamos sin invierno.

No habrá cuatro estaciones nunca más?
Qué querrá, por paraíso, el cielo?
Que le mimen, como al suelo?

Mañanas

La nieve se convierte en lluvia. Los pinos están aún dormidos, hoy no tienen sombra que ofrecer, aunque sí cobijo.
Sola, en la tranquilidad más absoluta, me siento acompañada.
Sola, sumergida en el invierno perecedero ya, me siento fuerte, otra vez.
Sola, escribiendo para vosotros, para mí.
Sola, relatándoos los acontecimientos mañaneros, me siento cursi.
Sola, comprobando que en mis palabras no hay acción.
A veces, es sólo escribiendo cuando me creo en compañía.

09 marzo 2006

Tristeza pasajera. Tristeza del pasado.



Lola estuvo en Izaba la pasada semana. Hacía mucho tiempo que no nos veíamos. En dos años pueden pasar muchas cosas, y a ella le han sucedido demasiadas.
Le mostré mi mejor cara. Mi lado positivo. Me hizo, incluso, un apunte al respecto: dónde has dejado tu pesimismo?
Y yo con mi careta, sin mostrar ni un atisbo de esa tristeza perenne que me ralentiza la sangre y el carácter.
Me atreví a darle lecciones maternales y amistosas. Le hablé de cómo era la vida real. Le repetí la importancia de pensar primero en sí misma, de subir su autoestima antes de dar ningún paso a ninguna parte.
Fui descaradamente osada al decirle que me encontraba muy bien, que conocía la felicidad, que ya era hora, y que ella iba por el buen camino.
A Pepe le hablé de la importancia de que estuviera a su lado, de la admiración que sentía por todo lo que ella le había hecho pasar. A pesar de todo, él le perdona, no se cansa de perdonar, de repetir, de enseñarle y de aprender con ella el mejor camino para ambos.
Ella, Lola, se deja llevar, quizás porque le tocó guiar siempre y está cansada. Y yo le repito, como una madre, que ha de pensar primero en ella y por separado. Que ha de pensarse y ponerse unas metas individuales, que luego podrá compartir con Pepe de una manera feliz, porque será su meta lo que le haga sentirse llena, y compartirla le llenará aún más.
Y, joder, pensaba según hablaba, lo que yo daría por hacer todo esto y aquí estoy, dando consejos y discursos magistrales sobre cómo ha de ser la vida mientras miro la mía viendo en ella exactamente lo contrario de lo que predico.
Lola y Pepe se fueron. Y a mí se me cayó la máscara al suelo y en esa altura estoy.
Pierdo mi autoestima cuando me enamoro, porque dejo de ser yo para formar parte de ti.
Olvido mis metas e intereses porque sigo los tuyos como si fueran los míos.
Me abandono tanto, que, cuando me quedo sola y vuelvo en mí, me miro al espejo y me desprecio. Nunca me veo lo suficientemente bien para ti, en ningún aspecto.
Y en esa altura sigo, entre el suelo y mis pies, sin lograr subir siquiera hasta el tobillo...

Bienvenida

Son las diez y media, miro por la ventana y las sombras de los pinos comienzan a moverse, se alargan: sale el sol. Apenas queda nieve, pero los gatos y perros de bordas cercanas, los zorros y los pájaros más débiles siguen viniendo cada madrugada a comer. El sol y los animalillos hacen que se intuya más cercana la primavera. Aunque aún queden un par de meses para olerla a fondo.
Y todo esto viene, porque es entonces cuando soy una auténtica PiesNegros. No es que me vuelva punky, ni me vaya a América o a Canadá en busca de los restos de la tribu. Sólo estoy loca por sentir la tierra bajo mis pies, andar descalza por el camping, en casa, y en la playa si me permite la primavera alguna escapada al mar. Es una pena que el asfalto lo hicieran para ir calzados. Reivindico una vía para pies descalzos, como un bidegorri, pero sólo para pies, que, como los míos, se ponen contentos cuando están negros de sentirse libres.
Estoy trabajando y no tengo tiempo para escribir. Con esta introducción os quería dar la bienvenida a mis humildes aposentos y pediros sugerencias y críticas, noticias de cómo estáis y sonrisas cuando me leáis.
Besos

07 marzo 2006

Comienzo















Sólo otro comienzo,
como uno de esos coleccionables kioskeros que nadie acaba.
En fin, comenzamos.