31 enero 2007

Esta semana me toca dormir en el camping. No tiene demasiadas ventajas dormir en el trabajo, pero hoy he encontrado una: despertarse y sentir (por primera vez este invierno), el silencio de la nieve, los pinos vestidos de blanco, los perros corriendo sin ruido...hasta que despiertan las fierecillas onceañeras con más o menos ganas de esquiar, dependiendo del frío y de las charlas de la noche anterior.

22 enero 2007

Desaparece a nuestra vista la luna y se barrunta una nevada, por fin. Lola llega entre los copos, lo presiento. Aún no hay copos que valgan en Izaba pero sé que llegan porque huelo a Lola y sus silencios.
Tasio/Fisco es el nuevo inquilino del Txoko. Tiene tres meses y mucho nervio. Alegra los rincones de la casa, y los paseos, y mantiene la vida más ocupada. De mayor quiere ser campista y ya está preparando la oposición. De momento no creo que apruebe, ladra demasiado y no respeta su trocito de parcela, espero que en verano se comporte y saque plaza.
Pero el cambio más notable de compartir casa y vida con un perro es la primera persona, que pasa a ser plural, parece una tontería, pero la soledad no está tan sola.
Tengo ganas de presentárselo a Lola. Ya intenté la presentación con el gato, y aunque Tasio está dispuesto, el gato maúlla que ni hablar. Está celoso, ya se le pasará.
Lola, mañana voy a ver al violinista, pero te dejo las llaves en la maceta, el gato dispuesto a tus caricias, y la despensa medio llena, medio vacía.
Besos