22 octubre 2006

Sabina

Y desafiando el oleaje sin timón ni timonel, por mis sueños va, ligero de equipaje, sobre un cascarón de nuez, mi corazón de viaje. Luciendo los tatuajes de un pasado bucanero, de un velero al abordaje, de un no te quiero querer. Y cómo huir cuando no quedan islas para naufragar, al país donde los sabios se retiran del agravio de buscar labios que sacan de quicio.
Mentiras que ganan juicios tan sumarios que envilecen el cristal de los acuarios de los peces de ciudad, que mordieron el anzuelo, que bucean a ras del suelo, que no merecen nada.
El Dorado era un shampoo, la virtud unos brazos en cruz, el pecado una página web. En Comala comprendí, que al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por las aceras de la madrugada

baila con las porteras su milonga al sol,

con las ojeras que le sobran a tus ojos, corazón,

un día después de lo que el viento se llevó.



Las secretarias de las oficinas

desayunan en la esquina un tentempié

y cuando bajan de la luna al disco duro de roer,

con el sueño del revés y un futuro sin mañana, lloran



lágrimas de plástico azul rodando por la escalera,

tribus de los mares del sur al oeste de la frontera,

labios de papel de fumar, sabios que no saben nada,

náufragos en la catedral, telarañas acostumbradas

a hacer noche en el cristal.



Los cirujanos de las decepciones

cercenan por lo sano la alegría,

las venas del amanecer almacenan sangre fría

y cada lunes nace muerto el nuevo día.



El lápiz comisura de tu boca

retoca los agravios del carmín,

los proxenetas se colocan con aseo el peluquín

y los Romeos se demoran y las Julietas se desenamoran.



Lágrimas de plástico azul rodando por la escalera,

tribus de los mares del sur al oeste de la frontera,

labios de papel de fumar, sabios que no saben nada,

náufragos en la catedral, telarañas amotinadas...



Lágrimas de plástico azul con sabor a despedida.

¿Cuándo cruzará el autobús este callejón sin salida?

Labios de papel de fumar, sabios que no saben nada,

pétalos de flor de hospital, telarañas amotinadas...