10 octubre 2006

Tengo verano otoñal en el cuerpo, el verano me viene cuando te pienso, y, a ratos, aparece el otoño y me marchita. Miro las hayas, sigo sus hojas y me sumo a ellas sin querer, dejándome caer, poco a poco, posándome en el suelo muy despacio y esperando las primeras nieves que me entierren.
Preparo la casa para un verano de cuatro días y dejo de pensar en hojas muertas.
Preparo la mente para un verano de cuatro días y dejo de pensar en todo lo que viene por sí mismo sin llamarlo, viene porque toca y al que le toca le toca y ya vendrá y disfrutemos mientras no llegan las hojas muertas y los entierros de negras nieves que todo lo nublan.
Ay!

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