05 abril 2006

Pausas en el camino

La lluvia arrastra mis tristezas. Se dirigen, río abajo, a su lugar de origen, dispuestas a extinguirse.
Me arrastro, en ocasiones, me arrastro. Pierdo la dignidad. Siento, al reflejar las penas en mi cara, que pierdo la dignidad. Así que recupero mi frialdad, mi cara de mus se instala de nuevo, con media sonrisa válida para el trabajo y las amistades. Recupero la compostura y me centro. Vuelvo a caminar erguida y a mirar desde arriba y con distancia. Continúo, pues, el camino solitario y compartido. Continúo el viaje con más claridad. Las pausas con dolor, son más eficaces, ayudan a distinguir mejor el sendero. Así que me levanto y prosigo. Proseguimos, los dos y tu madera afinada.
La lluvia me ha limpiado de pesares. Te pule y me deja tu esencia. Tu esencia y mi aroma se mezclan de nuevo y proseguimos.

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