28 marzo 2006

Balcón.


Esta semana trabajo por la mañana. Me encanta caminar por el Izaba tempranero. Aunque sólo sea hasta el coche y siempre el mismo recorrido. Aquí cada mañana sopla un viento distinto. Hoy ha sido sur. He disfrutado la tormenta primaveral desde el balcón.
El balcón, que ya pasa a ser terraza, por lo menos hasta el otoño, cuando el ruido agorero de hojas secas que presienten el invierno, lo convierten de nuevo, en basurero de flores muertas por las heladas y pinzas viudas, sin ropa que colgar.

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