29 junio 2006

Eder

Hoy Eder cumple once días. Aún no ve, es puro instinto primario.
Es un pequeño con una inconsciente función: levantar el alma de su madre del suelo.
Hoy sólo eso: Eder, cada día, tiene un día más. El resto lo tiramos en suspiros por la borda hasta que encoja, se suavice y se recuerde como el pago por nacer.

Acaba el día y pienso en Eder como en un gigante albornoz que arropa a su madre y le da el calor que necesita.
Y mañana un día más. El baby y sus primos tendrán un día más, y todo habrá merecido la pena.

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